domingo, 9 de febrero de 2014

Pensamientos de domingo por la noche.

Nunca pude dejar mi cabeza en blanco. Nunca pude evitar pensar en ciertos momentos, o en ciertos silencios. Estoy continuamente pensando, imaginando, reflexionando. Vuelvo atrás y revivo momentos, recuerdo charlas, analizo frases y cuestiono cosas. Me veo a mi frente a situaciones, me veo a mi desde otro plano y, a veces, no me gusta lo que veo.
Es así, que esta noche vuelvo a escuchar mi voz en la cabeza reflexionando algunas cosas. Cosas que pienso que puedo criticar y defender al mismo tiempo. Como si fuese abogada defensora y acusadora. Y a la vez soy la jueza que decide cuál Juli gana esta vez.
Soy la tonta que espera lo que yo haría. Sería todo más fácil si dejo de pensar en lo que quiero y vivo sólo el hoy, el ahora. Hay que dejar de pensar en lo que podría ser y no fue.
Al fin y al cabo busco tanto que me sorprenda que me voy a sorprender más si dejo de esperar cosas que no pasan. Es preferible dejar de esperarlas y que, de última, si pasan seguro van a sorprender mucho más.
Tengo que dejar de mirar películas románticas, de observar todos los detalles. Hacer una película es muy fácil. Cualquiera es romántico en 2 horas de puro amor. A veces olvido que la vida incluye otras cosas, y que para todos no es el amor lo principal. La cabeza tiene millones de cosas adentro y es difícil separarlas. Hoy lo entiendo. Así como a mi me afectan algunas cosas, a los demás les afectan otras. Y a lo que yo le doy importancia, a los demás la importancia se la dan a otras. Todos somos distintos.
Tengo tan en claro lo que quiero, que soy mi mitad perfecta para encajar conmigo misma. Tengo todo tan planeado en la cabeza que sería lo que yo busco. Y así es muy fácil. En ciertos casos me olvido que mi mente no se puede leer, aunque me muestre transparente. Si busco perfecciones, sé que no las hay. Y si pretendo conseguir sólo eso, voy a quedar sola.
Y acá hay un quiebre conmigo... Siempre dije que lo ideal existe. Y me cuesta creer en una cosa o en la otra. Voy de un lado a otro. Por momentos me conformo con lo que tengo, y por otros quiero ir por más de lo que tengo.